martes, marzo 02, 2010

Abre tu fosa, paisano: llega la ¿justicia?

Imitando al título de un spaguetti Western de los que se rodaban en almería en los años 60 y 70, "Abre tu fosa, amigo: llega Sábata", comienzo este artículo.

Creo, o así prefiero pensarlo, que una gran parte de la ciudadanía de esta “querida España” como cantaba Cecilia, asiste atónita a una lucha bien camuflada por los gestos y la pompa que por el escalafón que ocupan (ya se sabe…nobleza obliga) aquellos y aquellas que deben de administrar la justicia en nuestro país, (y no por eso deja de parecerme una lucha lamentable y barriobajera, más aun cuando se espera bastante más de un/a funcionario/a público/a). Siempre he confiado en la Justicia como ese ente invisible de los Poderes de un Estado moderno y democrático con que los ciudadanos y ciudadanas se dotan y donde la regulación normativa y el imperio de la ley impiden (aun recuerdo las palabras de aquella entrañable socióloga profesora mía, a la que siempre admiraré) "el desequilibrio del débil frente al poderoso, el abuso". Más la confianza en el Estado Normativo no significa confianza a veces en quienes administran la Justicia. Como siempre, decepcionan las personas, nunca las ideologías.


Luchas motivadas por envidias, venganzas y asuntos pendientes, o simplemente estar los Sres. y Sras. Magistrados/as en las antípodas de ideología política los unos de las otros y viceversa. Así vemos posicionamientos de aquellos que integraron lo que conocimos (y que nos llenó de gozo, como si Moisés hubiese separado de nuevo las aguas del Mar Rojo) como la asociación de Jueces Para la Democracia, y que por esas luchas intestinas y envidiosas de “yo soy mejor que tú o que tú” (falta Peret y su borriquito, claro, que tu, que tu, que tu) se desmarcaban o censuraban posicionamientos y actuaciones de un Juez al que personalmente creo que se le puede acusar de intentar ser “estrella” (como le suelen decir en el Hollywood del Tercer Poder contemporáneo), se haber dejado entrever su ideología política al participar en un gobierno socialista e incluso se marchó (según los entendidos….hay mucho “enterao” en este país, si) por una rabieta al no alcanzar la más alta representación del Ministerio de Justicia por entonces, de ser una persona egocéntrica, un sabelotodo, incluso de muchas cosas más. Por no hablar de la cohorte de Magistrados conservadores ( y Magistradas, aunque hay menos y conservadoras menos aún, entre otras cosas porque aquellos que hacían las leyes a las que posteriormente jurarían fidelidad precisamente les impedían ser juezas; de hecho hasta 1966, el acceso de las mujeres a la carrera judicial estaba expresamente prohibido y en 1972, el entonces presidente del Tribunal Supremo consideraba que la tarea de juzgar era "una profesión en esencia varonil que puede entrar en colisión con la sensibilidad femenina") que continúan encomendándose cada mañana a Dios en el confesionario y en la Iglesia antes de impartir justicia. No se si se debería aplicar también aquí el famoso “a Dios rogando, y con el mazo (de su señoría) dando. Este sector si que le tenía “un dedito de voluntad” al Juez Garzón, o una mano entera.

Pero sin desviarme del asunto, y por todos los excesos (tal vez si, tal vez no) de maquillaje de cara a la galería del Magistrado, nadie puede discutir, nadie (si lo hiciesen se estarían delatando, como ha sucedido con la Ley de Memoria Histórica) que este Juez ha luchado contra narcotráfico (cuando pocos/as se atrevían, lo que es muy humano, pero hay que recordar que debemos ser consecuentes, que una sentencia de divorcio es menos comprometida que poner los grilletes a un “Capo” , pero también cantaban en mi tierra eso de “Manolete, Manolete, si no sabes torerar pa que te metes”), ha removido causas de Crímenes contra la Humanidad (aun recuerdo al asesino Pinochet tomando cómodamente un te con la Sra. Thatcher, mientras el magistrado se partía la cara con el fiscal que emulaba a Iron Side, pero sólo en la facha y no en la eficacia. Por cierto que desde que vi por primera vez a Margaret, dejé de ir a la peluquería, y no he vuelto a cambiar de peinado por si las moscas), como ha dado siempre la cara (y lo sigue haciendo) contra el terrorismo, y muy en concreto, en nuestro país contra la banda terrorista ETA, como ha trabajado por los desaparecidos bajo las dictaduras de Sudamérica, y podría seguir citando. Pero ¿prevaricar? Como diría el amigo de Málaga “¿Comolllll?”.

Veamos. La definición de Prevaricar sería aproximadamente (muy aproximada sin entrar en detalles jurídicos) esta: La prevaricación es un delito que consiste en que una autoridad, juez u otro funcionario público dicte una resolución arbitraria en un asunto administrativo o judicial, a sabiendas que dicha resolución es injusta.

Creo que se hable de problemas de inhibición, de problemas de competencia, podría en algún momento acertado. Pero ¿prevaricación? Cuando miles de familias que no saben ni donde murieron sus progenitores, ni donde están sus huesos, cuando la democracia española (esta joven democracia) ha sido tan generosa con la derecha (y con la extrema derecha) y no pasó ningún tipo de factura sino que incluso les dejó seguir participando en el escenario político en condiciones de igualdad (y eso nos creó algún que otro sobresalto febreril) ¿se les va a decir también que por medio del único juez que les ha escuchado, que ha atendido sus demandas es un prevaricador? Pero ¿qué está pasando en este país? ¿Nos hemos acomodado tanto que hemos olvidado lo que pasó aquí hasta hace muy poco, y que el haber sido generosos/as no tiene nada que ver con el derecho de unas personas a decirle adiós por última vez (en el caso de los niños que quedaron huérfanos, tal vez la primera y última, pues ni llegaron a conocer y besar el rostro de sus padres y familiares) a sus familiares? ¿Hubiese actuado la sociedad con tanta indiferencia si estuviésemos en plena transición política o cuando nació ese hermoso bebé de todos/as un día 6 de diciembre de 1.978, cuando aun nuestras ideologías aun hervían en las venas? Creo que no, soñábamos más, reivindicábamos más, y el dolor ajeno nos unía más. ¿Aquí el Sr. Rouco no se posiciona, y habla de las bondades del cristianismo, ese mismo cristianismo al que rezan muchos de los mismos magistrados? ¿Pero de verdad hay quien piensa que esto es una especie de Vendetta? ¿Por qué esa falta de sensibilidad de la magistratura? ¿Tenemos que confiar sólo en las audiencias provinciales, y que aíslen de ellos/as a la única cabeza visible de quienes administran justicia que hizo “algo” por estas cantidad ingente de personas que sufrieron los horrores de la guerra civil y la represión en sus carnes y en las de sus familiares torturados, desaparecidos y asesinados, y la jerarquía judicial sólo les de el retrato de un “prevaricador”? Creo, y casi estoy seguro, que por muchas “lucecitas montadas para escena” estas personas saben y sabrán distinguir, quien estuvo a su lado y quien quiso confundirles con “distinguidos aires de su señoría”.

Y mejor no hablar de "Gürtel", porque creo que con el asunto de las escuchas siento como si estuviese asistiendo "al mundo al revés". ¿Os imaginais por algún momento a Capone enviando a la carcel a Eliot Ness por defectos de forma en el procedimiento? ¿O a Simon Wiesenthal sentado en el banquillo de los acusados por Karl Adolf Eichmann con acusaciones de enemistad manifesta? De locos , ¿no? El mundo del revés, el mundo del revés.

¿Prevaricación?

Hablando de fosas y muertos. Poder judicial, perdiendo mi habitual mesura verbal, y muy en andaluz te digo: “To tus muertos, Consejo General del Poder Judicial”





Por J. M. LÁZARO para EL País Madrid - 28/02/2010
REPORTAJE: Ofensiva de implicados en la Gürtel
Así son los querellantes


Ultraderechistas de Manos Limpias y de Falange, abogados enfrentados a Botín y empresarios e implicados en la Gürtel buscan acabar con Garzón
Manos Limpias, el pseudo sindicato de Miguel Bernard, cabeza visible de la ultraderecha madrileña desde sus tiempos de delfín de Blas Piñar, ha tenido el honor de abrir el baile de querellantes contra el juez Baltasar Garzón, al que han concurrido con sus mejores galas la resucitada Falange Española de la JONS, abogados de querellas rechazadas y empresarios imputados en la trama corrupta vinculada al PP.
Bernard, de larga y conflictiva trayectoria nacionalsindicalista como funcionario del Ayuntamiento de Madrid, ha presentado centenares de querellas contra partidos nacionalistas o de izquierda, instituciones, homosexuales y hasta contra el programa infantil Los Lunis. La que interpuso contra el juez y la fiscal del 11-M casi le cuesta un disgusto, ya que el Supremo dedujo testimonio contra él por acusación y denuncia falsas al entender que esa querella entrañaba un "fraude procesal" y un "manifiesto abuso de Derecho".
Pero entre los magistrados de la Sala Penal, Bernard también tiene su público: suplió la negativa del fiscal a acusar al presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, que resultó condenado precisamente por desobediencia al Supremo. Ahora, con la imputación y posible condena del juez al que ha perseguido durante años por atreverse a indagar los crímenes del franquismo, ha logrado el premio gordo.
La querella de Manos Limpias fue admitida al segundo intento —primero se presentó como denuncia— por la Sala Penal, en un auto del que fue ponente Adolfo Prego, un magistrado ultraconservador que se ha significado como patrono de honor de la fundación para la Defensa de la Nación Española, (Denaes). Prego es hermano de la periodista Victoria Prego, adjunta a la dirección de El Mundo, el diario al que Garzón ha acusado de "denigrarle sistemáticamente".
A esta querella se ha sumado ahora Falange, para lavar el "honor" de su "movimiento".
El abogado Antonio Panea lleva persiguiendo Garzón desde que éste, en 2006, rechazó una querella del ex consejero de Banesto, Rafael Pérez Escolar, contra Emilio Botín, presidente del Santander, adjudicatario del banco de Mario Conde tras su intervención y saneamiento.
Pérez Escolar había sido condenado a 10 años de prisión por estafa y apropiación de casi cinco millones de euros en la gestión de Banesto, pero dada su avanzada edad, no llegó a pasar ni dos meses en la cárcel. Panea pertenecía al grupo de seguidores de Pérez Escolar, cuyas intervenciones críticas contra Botín en las juntas de accionistas del Santander cosecharon todo tipo de desplantes y abucheos. Hasta su fallecimiento en 2007, Pérez Escolar interpuso una treintena de querellas contra Botín, casi todas archivadas y sin que ninguna concluyera en condena. Garzón archivó una de tantas, previo informe favorable del fiscal y el respaldo posterior de la Sala Penal de la Audiencia.
Fallecido Pérez Escolar, Panea tomó el relevo y trató de vincular el archivo de la querella de su colega con el supuesto cobro por Garzón de 1,7 millones de dólares que le habría pagado el banco durante su estancia en Nueva York. La acusación era tan burda que todas sus denuncias ante el Poder Judicial fueron archivadas. El magistrado Luciano Varela, que anduvo meses investigando los honorarios de Garzón en Nueva York, tuvo que archivar la querella por inexistencia de delito, no sin realizar un último intento, sin éxito, de que el Poder Judicial sancionase a Garzón supuestamente por no informar de que había percibido unos ingresos de 200.000 dólares.
Pese a estar la querella archivada, Panea acudió con otra que contiene supuestos "nuevos datos" que revelarían que Garzón solicitó personalmente a Botín el patrocinio de unos cursos que dirigió en Nueva York, con intervención de diversas personalidades. Por el momento, a Garzón de nada le han servido las explicaciones de la Universidad de Nueva York ni del banco, y la querella se ha admitido. En las últimas semanas, el Supremo ha respaldado a una magistrada de Cantabria que expulsó a Panea de un juicio por encararse con ella e interrumpir al letrado de la parte contraria.
La tercera querella admitida hasta ahora ha sido la del abogado Ignacio Peláez, defensor del empresario implicado en el caso Gürtel José Luis Ulibarri. Éste no llegó a ingresar en prisión, pero Peláez visitó en la cárcel a los principales implicados de la red corrupta para "preparar la defensa" de su cliente. Garzón había ordenado grabar las conversaciones de los presos con sus abogados, sospechando que alguno podría incurrir en operaciones de blanqueo. Aunque, efectivamente, algún abogado ha resultado imputado, el Supremo entiende que el juez ha podido incurrir en prevaricación y vulneración de la intimidad.
Antes de ejercer de abogado, Peláez fue fiscal de la Audiencia Nacional y por tanto, compañero de Garzón. Desde que migró a la abogacía, su trayectoria no ha pasado desapercibida. Hace unos meses fue juzgado junto a sus clientes, Alberto Cortina y Alberto Alcocer, Los Albertos, por el caso de la carta falsa con la que la pareja de empresarios intentó contrarrestar la condena del caso Urbanor, finalmente extinguida por prescripción. El tribunal que les juzgó en octubre expresó su "sorpresa" por la contratación de Peláez por Los Albertos, pero no encontró "prueba suficiente" que demostrara que conocía la falsedad de la carta. Peláez salió absuelto y Los Albertos, condenados a cuatro meses.
Hace unas semanas, Peláez fue investigado por la Audiencia Nacional por ayudar a entrar, sin permiso, a un periodista holandés y a la mujer de un preso en los calabozos del edificio. A los policías de servicio les dijo que sus acompañantes eran compañeros del despacho, pero los agentes desconfiaron y descubrieron que uno era periodista y la mujer era la esposa del recluso.
Contra Garzón ha anunciado también una querella el Colegio de Abogados de Madrid por las escuchas del caso Gürtel, que de momento ha quedado en la recámara. El decano, Antonio Hernández-Gil, afirmó que es la primera vez que el Colegio (una institución con más de 400 años de historia) se querella contra un juez. Aseguró que la querella se presentará "en el momento más adecuado" y cuando "sea más eficaz". En la Junta que adoptó el polémico acuerdo se sienta el vicedecano Luis Rodríguez Ramos, que defiende, junto a varios de sus colaboradores, a varios de los imputados en de la trama.


EDITORIAL (El País) 26/02/2010
Cerco a Garzón
La tercera querella contra el juez busca anular todas las actuaciones del 'caso Gürtel'


No es una metáfora: el ataque judicial desencadenado contra Garzón se está produciendo por tierra, mar y aire. La Sala Segunda del Tribunal Supremo admitió ayer a trámite otra querella -la tercera- contra el juez central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional por supuestas escuchas ilegales a abogados de la trama Gürtel de los que Garzón tenía fundadas sospechas de que actuaban como correos de sus clientes recluidos en la cárcel. Esta tercera querella se acumula a las otras dos que tramita la misma sala por el intento de abrir una causa penal al franquismo a instancias de familiares de víctimas de la Guerra Civil que yacen todavía en fosas comunes y por haber dirigido un curso en Nueva York patrocinado por el Banco Santander.
Las tres querellas buscan, cada cual desde su particular perspectiva, acabar con la carrera de Garzón, expulsarle de la judicatura y poner un colofón infamante a 23 años de servicio a la justicia y a los ciudadanos en ámbitos tan difíciles como la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la delincuencia económica. Pero la tercera y por ahora última querella apunta a un objetivo concreto: anular y dejar sin efecto la instrucción sumarial del caso Gürtel, un designio que vienen persiguiendo los dirigentes del PP, en concreto su responsable para asuntos de la justicia Federico Trillo-Figueroa, prácticamente desde que Garzón comenzó a tramitar las diligencias sobre dicho asunto.
La Sala Segunda del Tribunal Supremo señala, según una fórmula estereotipada, que "las hipótesis incriminatorias planteadas por el querellante no parecen hasta tal punto absurdas y carentes de sentido que hayan de ser desestimadas". Sin embargo, el ministerio fiscal las juzga algo más grave que absurdas y carentes de sentido y llega a considerar la querella como un fraude de ley que busca dejar sin efecto todo lo investigado hasta ahora sobre la trama de corrupción liderada por Francisco Correa, de acuerdo con una común estrategia defensiva de los 65 implicados en la causa. Se da la circunstancia de que al abogado del caso Gürtel que ha interpuesto la querella no se le ha intervenido ninguna comunicación carcelaria por la sencilla razón de que su cliente nunca ha estado preso.
Prescindir de la opinión informada del ministerio fiscal en según que casos es algo habitual del Tribunal Supremo. Pero da la casualidad de que esto es lo que ha sucedido precisamente en las tres querellas presentadas contra Garzón. En todas ellas se ha hecho caso omiso de su informe contrario a la admisión, con el añadido de que, en relación con las escuchas, Garzón cuenta con el aval del actual juez instructor del caso Gürtel en el Tribunal Superior de Madrid, que ha defendido en un auto motivado la legalidad de las intervenciones carcelarias ordenadas. Así, pues, "las hipótesis incriminatorias" del querellante son más absurdas y carentes de sentido de lo que presume el Supremo. Y el empeño del Supremo por desembarazarse de Garzón, evidente.