EL BALCON

No se su nombre,
ni por qué su mutilado cuerpo,
su rostro, es la imagen de un ángel
mientras sus ojos sueñan.
Las manos cruzadas en el pecho
y su respirar profundo, sereno,
el cabello que cubre una mejilla
es el rostro de la niña de antaño.
¿Hacia donde viajan tus sueños?
¿Que lugares pasados
más felices, de caramelo,
has visitado esta tarde?
Te ruego disculpas
por ser hoy mi inspiración
sin solicitar tu permiso,
por verte dormir tras el cristal
mientras me azota el viento,
por adivinar tus sueños,
por darme gratis tu semblante
con olor a niñez y adolescencia
en un tiempo que no retornará.
¡ Y es que estás tan bonita !
Tan indefensa, tan niña.
Tu cuerpo invadido de tanta paz
que rogaría verte así cada tarde:
los ojos cerrados, viviendo
y no los ojos abiertos: muriendo.
El sonido de tu voz
a buen seguro, ayer alegre, armonioso,
el soplo de la vida y el futuro,
no un susurro ajado en las calles.
Presa de cuatro paredes blancas, sola,
sueñas, viajas, ¡ vives !
El pecho se hinca en un respirar profundo
purificando fantasías que nunca abandonaron tu mente.
Dale continuidad a tu sueño,
sigue durmiendo, ángel de la vida,
soñando, viviendo...
No seré yo quien te despierte,
ni siquiera se tu nombre.
(Juanfran)
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