jueves, marzo 18, 2010

SACA TARJETA ROJA AL MALTRATADOR



Una campaña más, y van bastantes, contra el maltrato, aunque estas nueve especie de “rata social” denominada “maltratador común” parece que no llega a darse por aludido, y se sigue envalentonando ante mujeres e hijos.

No hay más que una para luchar contra este fenómeno social (así lo considero) que tiene raíces demasiado profundas, tantas si cabe como la historia de la humanidad, donde el hombre siempre ocupó un lugar preferente e insustituible en los cánones sociales tradicionales; esta es: la lucha sin cuartel mediante la denuncia inmediata y el apoyo total y absoluto a cualquier mujer maltratada desde todos los ámbitos sociales, desde el más minúsculo hasta el de mayor jerarquía, desde el ámbito educativo, desde la propia familia. Lo mínimo que debe sentir una mujer que se encuentre amenazada (si no ya maltratada) es que está protegida y respaldada.

Y no hablo de postulados feministas, que de eso algo se. No en vano soy hijo de una feminista convencida a la que hecho mucho de menos (te echo de menos, mami, aunque no lo dijese tantas veces como debí decirlo en su momento, no sólo que ahora te añoro y necesito tanto y tanto, sino que me siento orgulloso de ti y de que fueras mi madre), con tres hermanas, con varias sobrinas y con una hija que ya apunta maneras. Si en algún momento tuviese que posicionarme, lo haría con ellas, sin duda. Pero sin caer en el error de invertir el mecanismo que hasta ahora ha funcionado, el del macho. Sería peligroso, pues volvería a crear el mismo desequilibrio. Hablo de seres que nacemos iguales, con las mismas capacidades y los mismos derechos, y que en ningún lugar del mundo debe existir duda de eso, porque ni se debe de pensar: ver a una persona, y valorarla según su sexo, es además de aberrante, indicativo de que quien lo piensa lleva una cantidad ingente de serrín en el cerebro. Y algunos además del serrín, mucha mala leche.

Lo único que me diferencia de mi hija son los años, por biología pura. Ella es mucho más joven, y yo ya coqueteo con el INSERSO. Eso si, ella es bastante más guapa que yo. Y más inteligente: es una mujer.


(Juanfran)

http://www.migualdad.es/ss/Satellite?c=MIGU_Campania_FA&cid=1244647754921&pageid=1193049831625&pagename=MinisterioIgualdad%2FMIGU_Campania_FA%2FMIGU_campaniaGenerica

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

(cont)
Lo que se ha echo con esta ley es el caso más aberrante y sordido de establecer un prejuicio en el más amplio espectro de esta palabra.
Establecer un supuesto de hecho inapelable en que todo hombre, por su mera condición de serlo, es un maltratador potencial, en que toda víctima de un maltratador solo puede ser una mujer.
Desde aquí, desde tu blog, permíteme expresar que en todos , desde todos y hacia todos los géneros existe el maltrato desgraciadamente y es cierto hay más victimas de un género que de otro quizás también porque nuestra hipócrita cultura hace que muchos hombres no se atrevan a reconocer su condición de maltatados pero también existe y existe en las parejas homosexuales que tampoco se ven amparadas por esta ley.
Saquemos pués tarjeta roja
a los maltratadores
a las maltratadoras
a los que hacen leyes discriminatorias
a los que abusan y manipulan las leyes
a los gobernantes que en lugar de educar quieren enfrentar
A los que mauipulan con leyes demagógicas cuyo único sentido es captar votos
A la sociedad aborregada que solo quiere ver la punta del iceberg sin parar enm las onsecuencias de lo que puede traer lo que hay debajo.
Yo saco por mi parte la tarjeta Roja al Maltrato.
Que la justicia y la sociedad determine quien es el maltratador y lo que se ha de hacer con el.

2:42 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Querido Juanfran:
Aunque mi radicalidad habitual me hace estar plenamente de acuerdo contigo, tanto mi formación o deformación jurídica, como se quiera ver,como un pequeño vistazo histórico a lo que está ocurriendo desde el desarrollo y aplicación de la ley de violencia de género y todos sus desarrollos reglamentarios están, demostrando una falta grave de resultados positivos.
No solo no se ha conseguido reducir los casos de maltrato si no que la promulgación de una ley establecida en la llamada "discriminación positiva" está dando lugar a abusos sobre la utilización de la misma tan graves que están comenzando a entreverse los primeros efectos de un rechazo tanto social como estamental a la misma.
Desgraciadamente la tarjeta roja al maltrato sea al genero y del genero que sea solo se puede sacar en generaciones educadas en la cultura del respeto, de la no discriminación, de la educación , los principios y el amor al prójimo y ninguna medida se está tomando a este respecto.
Antes bien, veo en cada campaña como se fomenta el recelo hacia los hombres de una forma genérica por parte de los hijos, como se persigue al hombre como un delincuente en potencia por el mero hecho de su género o como , en otros ámbitos se establecen normas y criterios para eliminar simbolos religiosos en colegios , prohibir el burka o prendas identificativas,.....
La solución no pasa por ahí sino en la educación para la convivencia y eliminando las barreras identificativas no estamos enseñando a convivir al igual que no estamos enseñando o educando a respetar fomentando la persecución , justa o injusta, de el otro género simplemente por el hecho de ser diferente y atribuirle potencialmente una esencia maligna en su naturaleza.
La ley de Violencia de Género demoniza al hombre por el mero hecho de ser hombre, no al maltratador, se conculca directamente la presunción de inocencia y, lo peor es que en muchos de los caso la praxis de la aplicación abusiva de la misma y de sus medidas complementarias conlleva la desprotección total de unos seres mucho más importantes como son los hijos.
Lo que ya se conoce hace años como SAP o Síndrome de Alienación Parental supone la manipulación de los hijos por parte de uno de los conyuges haciendole literalmente un lavado de cerebro.
Esta manipulación es tanto más fácil y efectiva amparada por leyes que alejan a los padres de sus hijos tan solo por una acusación del otro conyuge.
Es tanto más facil si con solo una acusación esos hijos caen no solo en manos de mujeres sino de asociaciones de "amparo" que buscan cifras que justifiquen sus subvenciiones y poder pero que escasamente buscan la verdad y el apoyo real.
Es tanto más fácil si con una sola acusación se facilita un secuestro consentido de los hijos.
Es tanto más facil si la Justicia tarda dos o tres años en determinarse sobre dichas acusaciones,...
y es tanto más dolorosa, incorregible y demoledora si tras tres años se demuestra que dichas acusaciones eran falsas.
El maltratador es un ser repulsivo, pero sea del género que sea y no podemos hacer leyes como la que se está aplicando en españa.
Toda ley ha de ser igualitaria y los principios constitucionale así lo establecen "nadie puede ser discriminado por su condición de sexo, raza o religió"
Las leyes han de etablecer un marco y Los Jueces Han de juzgar a quién corresponde aplicarle el mismo.

2:42 a. m.  
Blogger Un pequeño rincón de música said...

Querido amigo:

Aunque entiendo tu postura, principalmente porque un hombre por el simple hecho de serlo pueda sentirse casi como un “sospechoso de conductas” y tal vez la redacción del texto debería haber tenido algo de más “sensibilidad” en el conjunto con quienes, como tú o yo aborrecemos cualquier tipo de violencia (la que sea, pero esta más aun), la historia de la legislación encaminada a la “discriminación positiva” siempre ha pretendido salir al paso (y ayuda) de colectivos y situaciones que ya eran francamente insostenibles, y no debemos olvidar que si bien la redacción del texto puede cuando menos “escocer” a la diversidad del colectivo de hombres del Estado Español, la ley no deja de ser un norma escrita, un calificativo discutible o no hacia el hombre, que persigue y sanciona (e intenta proteger a mujeres en situaciones realmente dramáticas) a quien atenta contra la integridad física y moral de una mujer por el hecho de serlo, es en ese preciso y triste momento (el de la violencia hacia una mujer) cuando el hombre que (muchas veces, con motivos totalmente legítimos) se siente ofendido por el artículo 1 comprende realmente que jamás los párrafos de esta ley iban dirigidos a él, precisamente porque aborrece lo sucedido. La diferencia es notable: el texto escuece, la violencia mata.

Por eso no puedo estar de acuerdo en muchas cosas de las que dices; por eso y porque la Historia, la de España y la Mundial, nos ofrece un terrible abanico de ejemplos de cómo la mujer ha estado subyugada siempre a la sociedad manejada por el hombre, y esa situación perpetua de dominio del hombre sobre la mujer como si fuese algo de su propiedad, a quien se le negaba la capacidad de decidir por ella misma, a tratarla como una propiedad privada, ha sido y sigue siendo el germen de la violencia hacia la mujer sin duda alguna, privándola en muchas ocasiones no de “derechos de mujer”, sino de derechos de “la persona”, del ser humano. Podríamos enumerar los logros del colectivo femenino a lo largo de la historia (y hablar de logros cuando en realidad debieron ser derechos desde un principio, ya es triste) desde ser apedreadas por la simple acusación de adulterio por parte del marido en las antiguas civilizaciones, pasando por la lucha (en ocasiones, a vida o muerte) por el derecho al sufragio en iguales condiciones que el hombre, hasta la hoy triste realidad de distinciones salariales entre hombre y mujer por el hecho de serlo (en este caso, también desfavorable a la mujer). Sin salir de nuestro país, y sin retroceder en exceso la vista atrás, hasta 1.975 no se elimina de nuestra legislación la necesidad del “permiso marital” hacia la mujer para poder desarrollar una actividad laboral, o en 1.977 el recordatorio hecho por el Gobierno de la época a registradores y notarios de que las mujeres casadas en régimen de gananciales tienen plena capacidad para comprar bienes inmuebles sin el consentimiento del marido, o en 1.978 la derogación de los artículos 449 y 452 del Código Penal, relativos al adulterio y amancebamiento. Pensemos que una edad frecuente para incorporarse el mercado de trabajo en esa época era la que rondaba los 20 años; esas mismas mujeres de esa década podrían tener hoy en día 57 años, aproximadamente, y sería terrible que pese a los esfuerzos realizados volviesen a tener que revivir situaciones que ya se entienden desterradas al pasado; esto es, el regreso al dominio del hombre, del “eres mía”, del “no hables, ni actúes, no decidas: eres mujer”.

9:13 p. m.  
Blogger Un pequeño rincón de música said...

(Cont.)
En algún momento creo que es debatible (incluso valorable la modificación de ciertos matices en la ley) en cuanto a la “forma” de su redacción, pero no en cuanto a su fondo y a su aplicación, porque la realidad (la triste realidad) está reflejada en cifras que antes eran nombres de mujeres que aun conservaban la vida. Te dejo estos datos y sus fuentes, a título ilustrativo.

En 2004, 69 mujeres; en 2.005, 64 mujeres muertas; en 2.006, 64; en 2.007, 65 mujeres muertas; en 2.008, 70 mujeres muertas; en 2.009, 55 mujeres muertas; a fecha de 16 de junio de 2.010, 32 mujeres muertas.

En un artículo publicado en el diario El país el 8 de marzo del presente año sobre la Violencia de Género en la última década en España, es escalofriante comprobar ciertos datos; en diez años han muerto asesinadas “629 mujeres” a manos de sus parejas sentimentales (o ex parejas), o que la edad de las víctimas rondaba una media de edad comprendida entre la franja de los 25 y 34 años, o la crueldad utilizada en para matarlas.

http://www.juntadeandalucia.es/institutodelamujer/Base-de-datos-sobre-homicidios-en.html

http://ibasque.com/mujeres-muertas-en-espana-por-violencia-machista/

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/629/mujeres/han/muerto/manos/parejas/ultima/decada/elpepusoc/20100308elpepusoc_8/Tes

http://www.migualdad.es/ss/Satellite?blobcol=urldata&blobheader=application%2Fpdf&blobheadername1=Content-disposition&blobheadervalue1=inline&blobkey=id&blobtable=MungoBlobs&blobwhere=1244653081817&ssbinary=true



No coincido en ese supuesto “rechazo social” a la ley y lo que pretende, cada día el apoyo es mayor en manifestaciones públicas de solidaridad, apoyo de medios de comunicación, de sectores tales como la cultura (desde escritores/as a cineastas, pasando por músicos o periodistas, y así un largo etcétera) la educación, el deporte, hasta incluso movimientos vecinales que nada tienen que ver con la política ni reciben subvenciones de ningún tipo. Distinto sería que determinados colectivos manifiesten su oposición o descontento ante hechos puntuales o prácticas injustas que también es necesario analizar, pero eso no significa un rechazo a la ley y en ningún momento la negación de la evidencia de las muertes de mujeres por violencia doméstica. Creo que esas situación, la de la violencia, no la crea la ley por si misma, sino que “con ley o sin ella”, esta situación existe y existía con anterioridad.

Las enseñanzas que se reciben hoy en una escuela de primaria tal vez no sean las perfectas (siempre es difícil de determinar), pero hay un abismo de la educación que tanto tú como yo recibíamos, totalmente sesgada y encorsetada por sexos y “derechos encubiertos o aceptados socialmente” dependiendo de que fuésemos niño o niña, y que ya parecía establecer un “camino obligado” a lo largo de nuestra vida, por el hecho de pertenecer a un sexo otro. Creo que se ha avanzado en positivo, y como padre de una niña que soy, jamás he percibido ningún “tic” en ella en cuanto a considerar diferencias por ser niño o niña; distinto es que en algún momento ella se sienta discriminada por ser una niña, en ese momento (como decimos en Andalucía) “salta como una haba tostá”, signo evidente de que hemos avanzado. Ya ellas mismas rechazan el “no puedes, eres niña”. Y me alegro profundamente.

9:14 p. m.  
Blogger Un pequeño rincón de música said...

(Cont. 2)
Es cierto que respecto a esta cuestión se pueden producir “perversiones” que no son más que la otra cara de la moneda de la cultura del “macho” a veces enviadas con puya desde ciertos lobbies de presión, pero he de decirte que ni con la anterior posición machista (que aun es prevalente, desgraciadamente) me sentí jamás identificado, ni tampoco voy a sentirme herido o afectado porque alguien en cualquier momento quiera manipular y hacerme sentir culpable por el hecho de ser hombre. Aunque, como antes te dije, creo que son situaciones excepcionales con mensajes muy particulares enviados desde tribunas minoritarias, que no responden en absoluto a la realidad de lo que creo que la sociedad persigue, esto es: una sociedad de iguales sin diferencia por razón de sexo como establece la carta de derechos humanos y nuestra propia constitución. Nadie es mejor ni superior que nadie por nacer “hombre” o “mujer”. Nadie.

No observo yo que la ley de violencia de género margine al hombre o lo descalifique por el hecho de serlo, es una apreciación que sabes bien que no comparto en absoluto (y que respeto), y de ser así creo que lo primero que habría que hacer, si se encontrase cualquier desequilibrio legal, es recurrir y modificar la ley. Y ningún grupo político hasta ahora (sea del tinte ideológico que sea) ha criticado nada al respecto, aunque el no hacerlo tampoco signifique que sea la panacea y todos tengamos que aceptarlo como mansos corderos, porque tenemos nuestra opinión y torres más altas cayeron cuando se trataba de “ilegalidad” (véase la famosa Reforma Tributaria, con la que se consideró ilegítima la obligatoria Declaración Conjunta en el Impuesto sobre la Renta, y que un ciudadano de a pie inició una batalla legal hasta conseguir lo que hoy tenemos, declaración individual y conjunta, ambas) Tenemos un Tribunal que se encarga de esos asuntos (más bueno o más malo, pero es el que tenemos) y si observamos que la Ley está produciendo un desequilibrio, poseemos los mecanismos para recurrirla.

Siempre, siempre estaré de acuerdo contigo en que las primeras medidas son las “educativas”, al fin y al cabo y casi siempre, “somos como crecemos y en el ambiente que crecemos”, salvo raras excepciones.

Aunque se como se suele decir, “quien la lleva, la entiende”, y sin entrar a valorar en exceso el Síndrome de Alienación Parental, creo que si sería conveniente puntualizar, querido amigo, que en primer lugar el SAP, científicamente que es como se demuestran las patologías (en este caso, un Síndrome que afecta al equilibrio mental de una persona concreta) hasta la fecha no tiene ningún rigor científico ni estadístico (hay sus defensores y sus detractores, en cuanto a su existencia) y que también en ocasiones por intentos de pervertir su origen y padecimiento, ha perdido buen grado de credibilidad en la comunidad científica (principalmente psicólogos y psiquiatras), aunque esto no signifique en absoluto desde mi punto de vista el mirar hacia otro lado y reconocer que hay situaciones de presión brutal sobre una de las partes cuando se produce una ruptura sentimental y que el medio utilizado para alcanzar el objetivo (cruel objetivo) son los hijos; en segundo lugar, tanto del SAP como de este último apunte, creo que sería justo señalar que es una situación que puede afectar a ambas partes sin diferenciación que sea hombre o mujer, con lo cual no creo que sea el origen (o motivo) del maltrato sistemático y continuado que es el que conduce final y tristemente en muchos casos a perder la vida a manos de otra persona.

Dicho todo esto, encontramos una gran variedad de circunstancias que pueden afectar indistintamente a mujeres u hombres, y que cualquiera los puede padecer. Y que jamás, con total independencia del sexo de quien cause el maltrato, ante cualquier situación de violencia yo seré el primero que de un paso adelante en la defensa de quien haya recibido el maltrato, no te quepa duda, querido amigo.

9:15 p. m.  
Blogger Un pequeño rincón de música said...

(Cont.3)
Bien sabes que no me gusta generalizar, y que los casos de violencia que se hayan producido hacia el sexo masculino me producen idéntica repulsión o condena. Pero querido amigo, lo que tenemos sobre la mesa, lo queramos o no, son muchas (demasiadas) mujeres muertas. Y entendiendo perfectamente tus palabras encaminadas al equilibrio en la justicia y en no caer en el error de “por proteger a un colectivo, desproteger a otro”, si quiero decirte que la terrible realidad es que en lo que va de año ya han muerto más de una treintena de mujeres en nuestro país por causas de violencia doméstica, y esa circunstancia evidencia algo. Y que sin olvidar que no se debe perder el “equilibrio” jamás y analizar cada uno de los casos con rigor, y juzgar con equidad y proteger por igual a ciudadanos y ciudadanas, hay algo que por su propia evidencia es prioritario y urgente defender: la vida de una persona que está amenazada. Y hasta la fecha, esa situación la padece el colectivo femenino y de manera muy cruel.

Un fuerte abrazo, querido amigo. Ya lo hablamos otro día, birritas en mano ¿OK? Y ese día espero que tengamos compañía femenina para compartir nuestras opiniones, porque al fin y al cabo, fíjate: somos dos hombres solamente quienes estamos hablando de un asunto que golpea a la mujer.

9:16 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home